Gloria Camila ataca a la matriarca de las Campos desde 'Supervivientes' y se enfrenta al novio de María Teresa.

En el mundo del corazón existen conexiones que uno no tiene en cuenta hasta que están delante de sus narices. ¿Por qué se tendría que llevar mal Gloria Camila con Edmundo en Supervivientes? Dos personas de tan distinta edad no tendrían que tener mucho en común. Sin embargo, el pasado común de ambos les ha puesto en contra desde el primer minuto.

Con los Jurado y las Campos parece que se cumple la teoría de los seis grados. Edmundo, ahora en la isla de Supervivientes, es pareja de María Teresa Campos. Y la matriarca de esta familia televisiva era íntima amiga de Rocío Jurado y muy amiga de su hija, Rocío Carrasco. De hecho, Rocío considera a María Teresa y a Terelu como su madre y su hija adoptiva.
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La buena relación que existe entre María Teresa y Rocío Carrasco ha hecho que su relación con Gloria Camila sea muy parecida: inexistente. La matriarca de las Campos nunca ha tenido relación con la joven a pesar de su buena amistad con Rocío Carrasco. Y esto se debe a que entre María Teresa y Ortega Cano nunca ha existido buena sintonía.

Lo que parecía una inexistente amistad se ha terminado convirtiendo en una enemistad tras el paso de Gloria Camila y Bigote Arrocet por la isla de Telecinco. Y es que la hija pequeña de Rocío Jurado no ha dudado a la hora de cargar contra la presentadora.
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Gloria Camila asegura que Edmundo habría recibido órdenes para no acercarse mucho a ella para no enfadar a María Teresa Campos. Aunque Bigote niega esto, la hija de Rocío Jurado sigue creyendo que algo tiene que ver en que no le dirija la palabra.

De momento, Gloria Camila se ha encargado de decir delante de las cámaras que la matriarca de las Campos no soporta a Ortega Cano, a su hermano y a ella misma. "Cuando murió mi madre salió la verdadera cara de muchas personas", dijo en el programa. "María Teresa Campos nos odia. Y yo no soporto a María Teresa Campos ni a Terelu". Parece que el enfrentamiento entre estos dos clanes tiene todavía mucho que decir.

por Daniel García